El mercado no está roto, está siendo asaltado. Centros comerciales que hace tres años nadie quería tocar ahora se están vendiendo a lo grande y rápido. El miedo al ecommerce hundió los precios y los que tenían liquidez han olido sangre. Los grandes fondos, bancos y fortunas privadas están entrando como lobos hambrientos. Esto no es una moda, es caza mayor.
En 2023 solo 121 millones del total de retail fueron a centros comerciales. En 2024 saltó a 1.537 millones. En lo que llevamos de 2025 el 64% del dinero invertido en retail ha ido a centros. Y casi la mitad de ese capital viene de jugadores nuevos que hasta hace dos años ni aparecían en las conversaciones. No hay romanticismo, hay números y yields del 7 al 9% que ahora mismo superan oficinas, hoteles o logística.
Rivoli con Santander comprando Madrid Xanadú y Ballonti. Henderson Park llevándose Islazul. L Catterton, el brazo de Arnault, metiéndose en Gijón. El Turronero expandiéndose en Madrid y Barcelona. Fondos mexicanos cazando centros en provincias. Castellana soltando 305 millones por Bonaire. Nadie entra con miedo, todos con hambre.
El cuento de que el ecommerce iba a matar al físico se está desmontando. Los operadores que entendieron la mezcla físico-online ahora están llenando cajas y atrayendo marcas que no quieren morir aplastadas por márgenes de miseria. Las ventas suben, la ocupación sube, la afluencia sube. Lo que baja es la ventana de oportunidad.
Cuando los activos vuelvan a precio de burbuja, los que están comprando hoy habrán cerrado la puerta. Los que sigan esperando validación de mercado se quedarán fuera mirando escaparates vacíos.
Exprésate. Tu voz importa